Como cada año, el último domingo de septiembre, se celebra el Día Internacional de las
Personas Sordas. Con este motivo, hemos hablado con el Dr. José Ángel González, jefe del servicio de Otorrinolaringología.
¿Qué es la sordera?
La sordera es la expresión coloquial para referirse a la pérdida auditiva o hipoacusia que es una disminución de la capacidad para oír los sonidos que nos rodean o para entender el lenguaje hablado. La audición es parte un órgano de los sentidos y por tanto sirve para relacionarse con el entorno. Por tanto la pérdida auditiva no es solo una pérdida de la capacidad de percibir sonidos sino que es también una alteración en las relaciones personales y laborales que afectan de distinta forma según el grado y tipo de hipoacusia.
¿Qué tipos de sordera existen?
Existen dos grandes tipos generales de pérdida auditiva. La neurosensorial, en la cual existe una alteración en el oído interno o en los centros cerebrales de la audición y en las cuales solo es posible el tratamiento mediante la hiperestimulación del sistema, con implantes o prótesis auditivas.
El otro tipo es la transmisiva, en la cual existe una alteración de los mecanismos de propagación y amplificación del sonido hasta los centros receptores, principalmente en el oído externo o medio. En este tipo de pérdida suele ser posible la aplicación de un tratamiento médico o de una cirugía que permita devolver la capacidad auditiva a un estado normal.
Para prevenir la pérdida auditiva debemos evitar la introducción de objetos en el conducto auditivo, llevar a nuestros hijos a los controles pediátricos rutinarios, evitar la exposición a ruidos y mantener una dieta equilibrada
La hipoacusia transmisiva se caracteriza por una pérdida general de la captación del sonido pero manteniendo una buena comprensión del lenguaje. Por el contrario en las pérdidas neurosensoriales se sigue percibiendo el sonido de forma más o menos normal pero con una
afectación importante de la calidad del sonido percibido lo que condiciona una falta de comprensión del lenguaje hablado aunque se perciba con el volumen adecuado.
En ambos tipos se puede establecer un grado de afectación mediante métodos diagnósticos como las otoemisiones, los potenciales evocados o el timpanograma, pero el método de evaluación más antiguo y el más útil incluso en la actualidad es la audiometría tonal en la que se determina la agudeza auditiva y permite diferencia las hipoacusias leves, moderadas, severas o profundas. La cofosis es el término médico para la pérdida total e irreversible de la audición. A día de hoy afortunadamente, en una gran mayoría de casos, incluso las hipoacusias con cofosis de ambos oídos pueden ser solucionadas de diversas formas.
¿Cuáles son las causas más comunes de la sordera?
La causa más frecuente en nuestro medio es la pérdida neurosensorial asociada a la edad o presbiacusia. En Gipuzkoa, debido a la amplia implantación de medios de producción industriales, la pérdida auditiva por exposición continuada al ruido del entorno laboral es una
causa muy frecuente de pérdida auditiva. Desde hace unos 20-30 años se han reducido drásticamente las cifras de hipoacusia infantil asociada a infecciones del oído gracias al uso racional de los antibióticos, el acceso universal a la atención pediátrica y la presencia de
especialistas otorrinolaringólogos en la práctica totalidad de los centros de atención pública especializada.
El uso en sí de los auriculares no afecta a la capacidad de audición, pero lo que sí afecta es el uso de un volumen excesivo en estos dispositivos
¿Cómo se puede prevenir la sordera?
Para prevenir la pérdida auditiva debemos evitar la introducción de objetos en el conducto auditivo (bastoncillos), llevar a nuestros hijos a los controles pediátricos rutinarios, llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, evitar la exposición a ruidos (o llevar la protección adecuada si esto es inevitable) y consultar con el especialista otorrinolaringólogo o nuestro médico de atención primaria ante los primeros síntomas de pérdida de audición.
En los últimos años, el uso de auriculares ha aumentado sobremanera entre la gente joven. ¿Puede ser un factor de riesgo de cara a sufrir sordera en el futuro?
El uso en sí de los auriculares no afecta a la capacidad de audición, pero lo que sí afecta es el uso de un volumen excesivo en estos dispositivos, por tanto el uso de auriculares es perfectamente seguro mientras se utilicen a un volumen controlado.
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